Hace unos días en una cena con amigos cofrades surgió el tema de conversación de la imagen titular de la Esperanza de Triana, en aquella mesa uno de los comensales, comentó que en una ocasión un restaurador de dicha imagen afirmó el haber retallado dicha escultura. Ese día recordé esta fotografía que gentilmente me ha cedido un amigo, D. Ramón de la Campa, en dicha instantánea, observamos la evolución de esta Dolorosa. En la secuencia vemos como evoluciona el rostro tras la restauración de Gumersindo Jiménez Astorga, tras la de Ordoñez (1913), tras la de Castillo Lastrucci y tras la de Álvarez Duarte.
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