Detalle de la conocida como Torre de las Monjas, denominada de Santo Domingo. Esta torre pertenecía a la Iglesia del extinto convento de las dominicas de la Consolación cuyo templo se bendijo el 8 de Septiembre del año 1494. Esta iglesia fue derruida por estado ruinoso en el año 1836 tras la desamortización de Mendizábal, adquiriendo dicho inmueble el ayuntamiento que lo compró al obispado. La construcción de esta torre data del año 1757 (Siglo XVIII) por el alarife rambleño Francisco Ambrosio de León. Es una recreación barroca de la Giralda sevillana, de base cuadrada, está realizada en ladrillo, consta de esbeltas pilastras. El segundo cuerpo, el campanario o cuerpo de campanas consta de parejas de arco de medio punto sustentado por estípites de ladrillo, y remata el conjunto un templete de base octogonal con un tejadillo en forma de cono, coronando la obra un pináculo ovoide.
Esta torre es una de las más bellas de la provincia de Córdoba.
Cartel de Semana Santa 2020
jueves, 9 de febrero de 2017
viernes, 3 de febrero de 2017
Francisco de Ocampo, insigne imaginero (Parte I)
Hoy os traigo un pequeño estudio sobre Francisco de Ocampo,
sobrino de Andrés de Ocampo, nace en Villacarrillo provincia de Jaén, desde la
que se traslada a Sevilla para trabajar en el taller de su tío, como escultor y
con el afán de adquirir fama para su trabajo. El hecho de entrar como aprendiz
de su tío no le exime de realizar el contrato de aprendizaje. Tras un tiempo en
el taller familiar, entra a formar parte de la nómina de aprendices del taller
de Juan de Oviedo, conocido como el Mozo, y tras trabajar un tiempo allí es
admitido en el taller del alcalaíno Juan Martínez Montañés, tras siete años de
aprendizaje, y empaparse de las influencias de sus maestros y del cordobés Juan
de Mesa, tras aprobar el examen gremial obtiene el derecho para instalarse por su
cuenta y abrir taller propio, pero es tal su afán de mejorar que entra como
oficial en el taller de su maestro Juan de Oviedo. Su arte se encuentra entre
Martínez Montañés y el realismo de Juan de Mesa, sin dejar atrás sus formas
manieristas. Por su bien hacer en su trabajo colaboró en trabajos de su maestro
Montañés, por ejemplo en el magnífico retablo de San Isidoro del Campo de
Santiponce en la provincia de Sevilla, en el que lo hizo al lado de Mesa.
A este insigne imaginero, eminentemente procesional, la fama le llega por el afamado Cristo del Calvario, y que se puede venerar en la Iglesia de la Magdalena de Sevilla. Según cuenta la historia, con fecha 5 de noviembre de 1611, recibe un encargo de Gaspar Pérez de Torquemada para la fábrica de este crucificado, indicándose en el contrato que debe reproducir el sudario y la cruz del Cristo de la Clemencia. De ahí la evidente inspiración del artista.
Esta imagen que aparece caminando ofreciendo la mano al Niño Jesús, guiándole en el camino, ambas piezas son independientes pero forman un grupo escultórico bien interrelacionado, lo novedoso de estas es que es el Infante quien porta los atributos de la advocación josefina, la vara florecida.
A este insigne imaginero, eminentemente procesional, la fama le llega por el afamado Cristo del Calvario, y que se puede venerar en la Iglesia de la Magdalena de Sevilla. Según cuenta la historia, con fecha 5 de noviembre de 1611, recibe un encargo de Gaspar Pérez de Torquemada para la fábrica de este crucificado, indicándose en el contrato que debe reproducir el sudario y la cruz del Cristo de la Clemencia. De ahí la evidente inspiración del artista.
Cronológicamente su primera obra como autor independiente
sería la imagen de San Nicolás de Tolentino para la localidad sevillana de
Écija.
También es de bellísima factura la talla del Jesús Nazareno
del Silencio de la ciudad de Carmona. Este Cristo realizado en el año 1607, en
madera de cedro, es de talla completa, estofada y policromada, destacando el
magnífico estofado en oro de la túnica, según los expertos representa el
momento en que Cristo llega al Calvario y entrega la Cruz a sus verdugos, no
antes sin abrazarla, símbolo de aceptación y alegoría de la puerta del cielo. Esta es su concepción
original.
En 1698 se incorpora la imagen de un Cirineo completando así
el misterio, lo que implica realizar una nueva cruz de carey y plata, colocando
el brazo largo de esta hacia atrás modificando la composición en forma de aspa
que ideó originalmente el autor.
Al año siguiente 1608, recibe el encargo del retablo para la
capilla de Ntra. Sra. del Rosario de la ciudad colonial de Tunja en Colombia,
una de las más importantes de Latinoamérica, se la denomina la Capilla Sixtina
de América. Es una de las joyas de las obras de arte del Siglo XVI.
De todos los relieves que aparecen destaca el de la
Anunciación por la belleza del Ángel y la dulzura de la Virgen
Contemporáneo a Stmo. Cristo del Calvario realizó la imagen
de San Ángelo para el Convento de San Alberto de Sevilla, y el retablo y San
Diego de Alcalá para la localidad cordobesa de Palma del Rio. De los que no he
encontrado documentos gráficos. En lo que respecta a la Iglesia palmeña, decir
que la contienda fratricida del 36 pasó factura, además de un acto vandálico en
el año 77 en el que incendiaron dicho templo, hizo que desapareciera mucho del
rico patrimonio.
En años posteriores esculpió para la localidad Jiennense de
Arjona la imagen de un Cristo Nazareno casi caído vencido por el peso del
madero. Tristemente desaparecida dicha imagen en la contienda civil al ser
quemada la iglesia en la que se albergaba. Era imagen completa y de vestir,
tenía los brazos articulados. Existe cierta semejanza con el Nazareno del
Silencio de Carmona. Con la diferencia de las vestiduras.
En 1613 realiza la Imagen de San Andrés para el retablo del
Altar Mayor de la Iglesia del Hospital de la Paz de Sevilla.
En 1622 siguiendo la estela de Juan de Mesa, realiza San
José con el Niño para la localidad gaditana de Villamartín, se la relaciona con
la magnífica de San José de su compañero Juan de Mesa de la localidad sevillana
de Fuentes de Andalucía. Esta imagen que aparece caminando ofreciendo la mano al Niño Jesús, guiándole en el camino, ambas piezas son independientes pero forman un grupo escultórico bien interrelacionado, lo novedoso de estas es que es el Infante quien porta los atributos de la advocación josefina, la vara florecida.
Para el convento de Santa Inés de Sevilla realizó una imagen
de la Titular del convento en el año 1630, además de realizar la historia de la
Asunción y el Crucificado (1628).
En 1634 talla a Santa Catalina de Alejandría, encargo que
realizó su hermandad para la localidad de Villanueva del Ariscal, y que se
encuentra en la parroquia de Santa María de las Nieves. En la siguiente
fotografía vemos a la Santa sin el elemento del martirio, una rueda dentada con
cuchillas, el deterioro de la misma ha dado lugar a su desaparición. En la mano
derecha porta la palma de los santos mártires, y se apoya en la desaparecida
rueda, el recogido del pelo y la mirada baja dan a la talla un aire solemne y
un semblante apacible. El tratamiento de los paños del manto cruzado, así como
los pliegues de la túnica con caídas lechosas confiere a esta escultura una
belleza extraordinaria.
Además se puede ver su producción en distintas
colaboraciones en retablos, como el del convento de Santa Clara y el de San
Leandro ambos en Sevilla.
Todos estos trabajos están documentados como realizados por
el artista que nos compete, dejaré para una segunda parte todas aquellas obras
atribuidas al escultor.
Fuentes:
Wikipedia
Web La Hornacina
Sevillapedia
Web Hdad. Del Cerro
Revista de arte institucional.us.es
Wordpress
Web Platea.pntic.mec.es
Web cofrades.sevilla.abc.es
Jomaborna.blogspot.com
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